10' to kill


TEMA: Somos unos asesinos natos, compitiendo por ser el más prestigioso, acabando con nuestros objetivos y rivales, antes de que ellos acaben con nosotros, o nos pille la policía.

MECÁNICA: Colocados los personajes sobre las losetas, en nuestro turno podremos mover donde queramos a un personaje o a un policía, investigar con un policía, o asesinar con nuestro personaje usando tres posibles armas que nos permiten hacerlo de tres maneras diferentes. Tras cada asesinato, habrá ciertos sospechosos que nos permitirán ir atando cabos sobre la identidad de los demás. Cuando alguien acabe con sus tres objetivos o todos los asesinos hayan sido cazados por la policía o asesinados, el juego acaba y el asesino con más puntos (que se consiguen por asesinar e investigar), gana.


JUGADORES Y EDAD: De 2 a 4 jugadores, a partir de 14 años, aunque en realidad el juego es para 4 jugadores, y va perdiendo con 3 y mucho con 2, ya que con menos jugadores, menos asesinos, posibilidades, paranoia y diversión.

NUESTRA EDICIÓN: En español de Zacatrus, a los que agradecemos que nos la haya cedido para la reseña. Salvo las reglas, el juego es independiente del idioma, y se puede conseguir en tiendas por unos 20€.

DIFICULTAD Y DURACIÓN: Baja. Aunque las reglas son muy sencillas, están bien explicadas y no generan dudas, es frecuente cometer algún error de cálculo al asesinar en las primeras partidas (por saltarnos algún requisito), aunque el reglamento recoge una solución para estos casos. Son fáciles de recordar gracias a la loseta de ayuda. Las partidas suelen durar en torno a 10 minutos, dependiendo del número de jugadores y cómo afronten el juego, un pelín más, o un pelín menos. 

EVALUACIÓNBien.
  • Es un juego sencillo, rápido y divertido. Ideal para sacar con gente que no esté acostumbrada a jugar, pero que lo pase bien intrigando y tirando faroles, como en todo buen juego de identidades ocultas.
  • Lo mejor del juego es la sensación que te genera el matar a tus rivales sin ser descubiertos, faroleando y dejando pistas falsas, o inculpando a otros sospechosos inocentes.
  • En este sentido ofrece muchas posibilidades: preguntar a otro rival si tu asesino es su asesino para desviar las sospechas de él, es un golpe maestro que suele funcionar las primeras veces. La estrategia básica sería matar cuando haya muchos sospechosos y recordar los sospechosos de todos los casos para atar cabos sobre la identidad de otro asesino y matarlo o capturarlo con la policía para arañar puntos. Pero también puedes intentar ser más rápido que los demás, o pasar desapercibido hasta que se hayan capturado entre ellos,...sin esperar demasiado o cada vez será más fácil que descubran quién eres...en fin, depende de cada jugador y del momento.
  • La interacción entre jugadores es bastante alta: hablamos de matar e investigar a los demás, o de forma indirecta, cuando engañamos a los rivales, o movemos al asesino de otro jugador, sin saberlo, y le quitamos la posibilidad de asesinar en su turno como tenía pensado, o facilitamos que lo descubran, ...
  • En definitiva, se trata de un juego de identidades ocultas muy divertido e intenso por la cantidad de cosas que pasan en tan poco tiempo, y por cómo si mueves bien a los personajes y a los policías, y recuerdas los sospechosos (la memoria es clave), puedes llevarte la partida.
  • Sin embargo, tras unas cuantas partidas le hemos encontrado algunas pegas, que no hacen que no merezca la pena, sino que no sea perfecto: por un lado, no escala nada bien; para nosotros es un juego de 4 jugadores.
  • Por otro lado, el azar: aunque a priori el único azar que viene del juego es la colocación inicial de nuestros asesinos y objetivos, que puede llegar a beneficiar a algunos jugadores y especialmente al primero...sin que sea necesariamente determinante. Pero el azar que sí llega a serlo, y "rompe" partidas (especialmente si son menos de 4 jugadores), es el que se produce cuando alguien mata, hay 6 sospechosos, y uno de tus rivales, al tuntún, te investiga y te deja sin asesino a la primera de cambio, haciendo que sea muy difícil (aunque, según lo que pase después, no imposible) ganar la partida.
  • Por último, en nuestras partidas hemos observado como es un juego que suele depender de la actitud de los jugadores. Los hay demasiado pasivos, otros hacen kingmaking, y aunque en la mayoría de los casos esto contribuye a la paranoia y la diversión del grupo, en ocasiones hace que el ritmo de la partida se entrecorte, que resulte demasiado rápido o lento, o menos divertido.

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